martes, 28 de abril de 2015

Tengo una mezcla entre vergüenza y mucha risa respecto a todo lo que escribía en mi adolescencia, es un golpe duro todos los cambios hormonales, las crisis de supuesto estrés, de asumir que tienes depresión, de que eres un inepto para esta vida y no sirves de nada, los llantos de amor no correspondido, mis primeras peleas casi matrimoniales con las que eran mis amigas en esos tiempos, no sentirse comprendida por tu familia respecto a tus cambios, el no querer el colegio para nada y lo mas gracioso de todo es que yo asumía y me gustaba identificarme como una bipolar y pensaba en serio que lo tenia, psicologicamente claro. Aun así, al leer estos textos, siempre recuerdo la misma sensación. Un aroma húmedo por tardes de invierno en las que sentía un olor muy suave a café hecho por una de mis amigas en su casa. Las hojas anaranjadas en el suelo y mojadas producto de las lluvias de esos días. Mi típico abrigo azul, una bufanda y mi bolso. Recuerdo tardes eternas de escuchar yann tiersen y mas que eso, siempre recuerdo un parque. Me encanta recordar eso de estos años, aparte de todos los amorios que tuve en su momento. Creo que fueron y serán mis mejores recuerdos de invierno ya que producto de el y todos lo hechos que pasaron, recibí mis mayores enseñanzas respecto a mis errores idiotas. Aun recuerdo tercero medio como una crisis, pero si que disfrute ese invierno aun anhelo tener parecidos, que se marquen con una musica y hechos particulares que me dejen una enseñanza a la que pueda recurrir en mis mas profundos pensamientos.